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lunes, 21 de septiembre de 2015

¿Qué pasa cuando te baja en el espacio exterior?

It may be a long trip. Don't forget to pack the tampons.
Va a ser un viaje largo. No olvides empacar el producto menstrual que acostumbras usar (tampones, copa, toallas.
NASA
El martes cientos de personas enviaron sus preguntas a la conversación en vivo de Skunk Bear con tres astronautas y una científica jefa de la NASA. ¡Gracias! La pregunta más frecuente fue: "¿Qué pasa cuando te baja en el espacio exterior?

No les hice la pregunta, porque:

        a) la pregunta en sí tiene mucho bagaje histórico;
        b) la respuesta es bastante aburrida.

Pero debido a que las personas parecen sentir una curiosidad genuina, decidí responderles aquí.

Primero, un poco de historia. En los primeros días de la exploración espacial, la menstruación fue uno de los argumentos utilizados para explicar (¿intentar justificar?) la creencia de que las mujeres no debían convertirse en astronautas.
NPR's Adam Cole posed listeners' questions to European Space Agency astronaut Samantha Cristoforetti, NASA astronaut Serena Auñón, NASA astronaut Cady Coleman and NASA Chief Scientist Ellen Stofan on Tuesday at NPR headquarters in Washington, D.C.
El martes, en las oficinas de NPR en Washington, D.C., Adam Cole de NPR hizo las preguntas de lxs escuchas a la astronauta Samanta Cristoforett (Agencia Europea del Esacio), astronauta Serena Auñón (NASA), astronata Cady Colegman (NASA) y astronauta y científica jefa Ellen Sofan (NASA).
Algunas de ellas declararon que la menstruación afectaría la habilidad de la mujer y responsabilizaron a mujeres menstruantes de varios accidentes de aviones. No era que las pilotas estuvieran impedidas físicamente durante sus periodos. Pero la idea no moría allí.

En 1964, investigadores de Women in Space Program todavía sugerían (sin evidencia alguna) que sería mala idea poner a "un ser humano psicopfisiológicamente temperamental (por ejemplo, a una mujer) con una "máquina complicada". Evidentemente, los rusos también batallaron con esto mismo.
Otros expresaron su preocupación acerca de riesgos de salud hipotéticos que esto significaría.

Temían que la microgravedad pudiera incrementar la incidencia de una "menstruación retrógrada". Que la sangre pudiera fluir hacia las trompas de falopio y después hacia el abdomen, causando dolor y otros problemas de salud. No hubo quien realizara ningún experimento para comprobar si verdaderamente se trataba de un problema, así que no se generaron pruebas con las que apoyar o refutar estos temores. Algunxs promotorxs de las mujeres en el espacio argumentaron que cuando los seres humanos empezaron a explorar el espacio, existían muchas incógnitas, pero igual decidieron enviar a esos primeros hombres.
Rhea Seddon, una de las primeras astronautas de la NASA, recordó durante una entrevista:
"Dijimos, '¿Qué tal si sólo declaramos que se trata de un problema hasta que se convierta en uno? Si alguna se enferma en el espacio, nos pueden traer de vuelta a casa. Y entonces lo podremos definir como un problema, pero primero digamos que no es en sí un problema.'"
Sólo para darte una idea de la cultura que rodeaba a las astronautas en ese entonces, un fragmento del reporte de 1971 de la NASA acerca de los problemas psicológicos en el espacio.  Los investigadores Nick Kanas y William Fedderson sugieren que podría haber un lugar para las mujeres en el espacio:
"Debe considerarse el tema de la liberación sexual directa durante una misión de larga duración al espacio. Cuestiones prácticas (tales como el peso y los gastos) les impidieron a los primeros hombres que viajaron al espacio el poder llevar a sus esposas. Es posible que una mujer que desde un punto de vista científico podría decirse está calificada para el trabajo fuera persuadida para donar su tiempo y energía con el fin de apoyar a la tripulación mejorando su moral durante el viaje; sin embargo, la situación podría generar tensiones interpersonales mucho más dinámicas que las tensiones sexuales que se podrían liberar con su presencia."

Kanas, ahora profesor emérito de psicología en la University of California, San Francisco, me dijo que se bromeaba con eso — era parte de una discusión más profunda en torno al problema del deseo sexual en el espacio. A pesar de ello, es sorprendente que este lenguaje hubiera sido incluido en un memorándum oficial de la NASA. Con este tipo de comentarios también se vieron involucrados algunos de lxs promotorxs de las mujeres en el espacio.  En el reporte de 1975 para Rand Corp., Glenda Callanen argumenta que las mujeres tienen la fuerza y la inteligencia para convertirse en astronautas. Pero la manera en que reporta su conclusión es la siguiente:
"Parece inevitable que las mujeres sean incluidas en la exploración del espacio por ser esenciales para ésta. Aunque sólo fueran para llevar las partes menos científicas de la misión espacial, o incluso si sólo desearan ayudar a 'colonizar' algunos planetas distantes, sus habilidades básicas todavía las preparan para realizar un sinnúmero de tareas nuevas."
En una cultura en la que este tipo de declaraciones eran imposibles de decir, es fácil imaginarse que las preguntas acerca de la menstruacion no se habían originado sólo motivadas por la curiosidad científica. En 1983, 22 años después de que Alan Shepard se convirtiera en el primer estadounidense en ir al espacio, Sally Ride dejó la atmósfera para adentrarse en el espacio. En una entrevista, dijo:
"Recuerdo a los ingenieros tratando de decidir cuántos tampones se requerirían para un vuelo que duraría una semana; preguntaron '¿Serían 100 los indicados?' 
"No. No sería ese el número correcto."
¿Entonces qué es lo que sí pasa cuando te baja en el espacio?

¡Lo mismo que sucede cuando te baja en la Tierra! En las últimas tres décadas que tienen las mujeres participando en la exploración del espacio exterior, sus periodos en el espacio han sido normales — la microgravidad no significa ningún problema para la menstruación.

*El reporte de Kanas y Fedderson (1971) continúa diciendo: "La información sobre las mujeres durante su menstruación es escasa. Esta falta, junto con los problemas previamente mencionados, complicarán el que una mujer pudiera llegar a convertirse en integrante de las primeras misiones de larga duración. Pero, es igualmente poco plausible la idea de que las mujeres no podrían adaptarse al espacio. Históricamente, los primeros equipos de exploración siempre consistieron en hombres a causa de diversas razones culturales y sociales. Una vez que la exploración del espacio realizada por los hombres haya concluido exitosamente, entonces les podrá tocar a las mujeres participar. Mientras tanto, y como parte de la preparación para la llegada de ese momento, debe compilarse más información sobre la fisiología y psicología de las mujeres en condiciones de estrés."

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