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viernes, 16 de enero de 2015

Violencia obstétrica, un tema del que prácticamente no se habla… Y del que deberíamos empezar a hablar bastante más seguido.

De Revista Mito


Se naturalizan los lenguajes y las prácticas. Se vivencia como algo normal que el cuerpo de las mujeres sea de otros y esos otros deciden sobre él.


Para este número de Mito conversamos con la Dra. Mariana Colombres, abogada argentina que trabaja con lo que hoy tiene nombre y se conoce como violencia obstétrica. Algo que ocurre desde hace mucho pero que se encontraba tan legitimizado y arraigado en la cultura, que nadie sospechaba que se trataba de un atropello a los derechos humanos.

Mariana ColombresDra. Mariana Colombres

Revista Mito. ¿Qué es la violencia obstétrica y qué opciones existen para las personas que la sufren?

Mariana Colombres. Violencia obstétrica como termino, las dos palabritas juntas, recién hace pocos años que se las está enunciando. El primer país que empezó a hablar de violencia obstétrica a nivel legislativo fue Venezuela en el 2007. Nosotros la plasmamos en el 2009 en una ley que habla de la protección integral de la mujer, la protección en cuanto a la protección de la mujer en todo lo que tiene que ver con violencia. Violencia en sus distintos tipos, laboral, familiar… y en una de las distintas violencias que menciona, es la violencia obstétrica.

Se dice que es el trato que ejerce el personal de salud sobre la mujer y sobre los procesos reproductivos plasmándose en un trato deshumanizado, un abuso de la medicalización y una patologización de los procesos naturales.

Popularmente no hay conciencia de los distintos procedimientos que se hacen sobre el cuerpo de la mujer al momento del preparto, parto y posparto. Cómo se la trata a la mujer durante el embarazo, que hay una cierta infantilización.

Una de las obligaciones que tiene un médico es darle información al paciente. Y en general, si la mujer no pregunta, hay muchísima información que no se le da.

Muchas veces se programan las cesáreas diciéndoles a las madres cosas como vos sos chiquita y el bebé es muy grande o es más seguro que vayamos a una cesárea y evitamos -entre comillas- los riesgos de un parto natural.

Cuando vas a un hospital, independientemente si es del sistema público o privado, en seguida te das cuenta los modos de tratarlas. Se dicen frases muy hirientes y la mujer que está en un estado tal de vulnerabilidad, por ahí no tiene registro.


R.M. ¿Cuáles serían esas frases?

M.C. ‘No sabes pujar’, ‘estás poniendo en riesgo la vida de tu hijo’, ‘no estás colaborando y el bebé se te va a morir’ o ‘ahora te quejas y bien que cuando lo hiciste la pasaste bien’… Son todas frases siniestras.

Obviamente que todo depende también de la estructura emocional de la persona y no todas pueden llegar a tener registro de lo que les está pasando, pero las que si tienen registro lo viven como algo terrible porque por ahí recién se dan cuenta después de que pasó todo, y entonces ahí vienen los bajones posparto. Si bien obviamente hay una cuestión hormonal y está previsto corporalmente que puede llegar a pasar, cuánto del entorno de lo que vivió esa mujer durante el parto, puede generar ingredientes como para después tener ese resultado anímico negativo.


Yo no soy fundamentalista de nada, creo que a cada una le viene bien lo que le viene bien, a la que le viene bien la cesárea, genial; a la que le viene bien el parto natural, genial. Si me enoja, y creo que está mal, el no informar y dar todas las variantes.

Si no te informan todas las cosas vos vas a tomar una decisión acotada o circunscripta a la poca información que tenés.

Y esto va acompañado del temor reverencial, la palabra del médico es la palabra santa, no se la cuestiona. Las mujeres no tienen que dudar que cuando algo les hace ruido, tienen que hacer una interconsulta porque el medico es una persona, falible como cualquier otra, nada más que estudió. Lo que un médico te puede decir puede ser cuestionado por otro.

Por supuesto que hay médicos que son geniales, profesionales que apuestan por acompañar de verdad a la mujer, acompañar el embarazo… En el Hospital Austral hay todo un plan llevado a cabo por Beccar Varela y otros médicos dónde apuestan a acompañar a la mujer en todo el proceso, hay charlas semanales donde se apuesta a que la mujer pueda disfrutar de su parto.

También el Hospital de Morón está trabajando muy bien, trabaja con doulas. Las doulas vienen a tratar de ocupar el vacío que se produce en nuestra época, en la función [de ayuda, auxilio, consejo, etc.] que tenían en otros tiempos las mujeres de la familia de la parturienta que hoy, por la conformación de las familias, no se vive de la misma manera.

Las doulas son personas que hacen un curso, se reciben, por lo general ya han sido madres y acompañan a la mujer conteniéndola.

Pregnant woman. Teza Harinaivo RamiandrisoaPregnant woman. Teza Harinaivo Ramiandrisoa

R.M. Son como comadronas urbanas…

M.C. Exactamente, las acompañan en el trabajo de parto y en el posparto. Se supone que tienen una sapiencia del mundillo de la mujer en el momento de ser madre. Las contratas y te acompañan.

Pero esto de las doulas como lo de las puericultoras, hay que pagarlo. En el Hospital de Morón, no, ahí las doulas trabajan ad honorem, pero ojalá que con el paso del tiempo sea algo a lo que todo el mundo tenga acceso.

Yo ahora, a fin de año, me recibo de puericultora. Es un estudio que dura tres años y más que nada me llevó mi propia experiencia como madre.

Desde mi primer embarazo, apenas me enteré que estaba embarazada, algo del sistema sabía que no me cerraba. El primer parto lo tuve en un sanatorio pero fue respetado, hicimos todo el trabajo de preparto en casa, y en todo ese transcurso es como que investigué un montón el tema de los partos. Después, en el segundo embarazo, directamente ya tuve el parto en casa y ya fue como una búsqueda de los nueve meses de investigar y todo eso… Una vez que él nació sentí que tenía que canalizar toda esa experiencia y ahí empecé a estudiar para puericultora.

Pero lo que a mí me gustaría hacer en relación a eso es algo ad honorem en algún lugar comunitario. Lo hago porque me gusta y lo disfruto.




R.M. ¿Cómo convive esto de la puericultura con el derecho?

M.C. Me ha llevado a tener todo un conocimiento que lo puedo aplicar legalmente. Hace tiempo que estoy trabajando con mala praxis obstétrica y con violencia obstétrica, y eso me lleva a tener una especialización muy diferente a la de cualquier otra abogada.

R.M. Te da una sensibilidad muy especial.

M.C. Sensibilidad y conocimiento.

 R.M. ¿Cómo llegan las mujeres a denunciar, cómo se da cuenta alguien que está siendo víctima de violencia obstétrica?

M.C. La mayoría no lo sabe. Yo creo que todo lo que tiene que ver con la maternidad es como que no está tan cuidado. Si le das la teta hasta los dos años sos una fanática, una talibana de la teta. No los tenés que alzar mucho a upa porque se mal crían… Creo que hemos adolecido de un descuido hacia los bebés y los niños.

Creo que esa violencia está instalada, en la década del 70 no se propiciaba la lactancia, directamente iban por las habitaciones y te daban la mamadera con las lechitas, siendo que eso es un medicamento…

Y creo que como consecuencia de todo eso están tan instaladas algunas rutinas o algunas prácticas determinadas y creo que muchas mujeres ni se dan cuenta. A veces es obvio que a algunas mujeres las mandan a cesárea porque es el médico el que está apurado y no ellas, pero no sé cuántas mujeres tienen realmente registro de esto.

Las que pueden llegar a reclamar son las que la violencia fue realmente demasiada o cuando son las típicas chicas que están muy informadas durante el embarazo, muy contactadas en redes. Hay espacios en internet, en grupos de Facebook, hay un espacio de una compañera mía que se llama Para Saber con Quién Parimos, que es maravilloso, corre muchísima información. Creo que la gente que está muy informada puede estar más alerta y notar si ha sido víctima de violencia obstétrica.

En mayo salió una resolución del Defensor del Pueblo de la Nación que sancionó a una clínica privada de acá, de Capital, porque una pareja que había sido atendida en ese lugar denunció que habían sido víctimas de violencia obstétrica. Entonces el estado fue a auditar la clínica porque qué pasa, de las cosas que a vos te dicen no tenés pruebas porque son palabras que se las lleva el viento. El tema probatorio en esto es muy difícil.

Entonces lo que hicieron fue ir a auditar la clínica y en función a las normativas vigentes de partos respetados, partos humanizados y demás, fue ver qué es lo que esa clínica cumplía y qué es lo que no.

Vieron que en los libros de quejas había muchísimas quejas. También observaron que había pocas salas de partos para la cantidad de nacimientos y comprobaron que había poca cantidad de quirófanos para las cesáreas que había… Observaron que había un 75% de cesáreas en ese sanatorio. Entonces intimaron a la clínica y les dieron un plazo de un año para que cumpliera con los requisitos, tenía que bajar la tasa de cesáreas, hacer más salas de parto, más quirófanos y disminuir las quejas.

Es decir, la intimaron a cumplir toda una serie de cosas en el plazo de un año donde la van a volver a auditar a ver si se cumplió o no.

Es la primera resolución que se lleva a cabo y está buenísima porque cuando los sanatorios y hospitales empiecen a ver que se los puede sancionar por eso, es cuando van a desacelerar el mal trato.

R.M. La sensación que da es que hay una apropiación del cuerpo de la mujer por la institución hospitalaria ¿compartís esa idea?

M.C. Exactamente. Es cultural e histórico, desde la inquisición. Todo lo relacionado con la mujer, con la sabiduría de la mujer, del cuerpo de la mujer empezó a apropiárselo el sistema, la cultura, los hombres. A partir de Luis XVI de Francia, que era morboso, y a partir de ese momento empiezan las mujeres a parir acostadas, para que él pudiese mirar.

  ¿Cómo son los partos aquí en argentina, se realizan mayoritariamente con las mujeres acostadas o hay otras opciones en los hospitales?

M.C. Hay sillones de parto especiales para poder realizar el parto en otras posiciones en el Hospital Austral, en el Álvarez, en el Finochietto y tal vez en alguno más, en el resto de los lugares el parto es acostada.

Por lo general el procedimiento es que vos estás con un poquito de dilatación, te vas al hospital o al sanatorio –por supuesto que estamos hablando dentro de la generalidad y obviamente hay cosas que se escapan- y por ahí tenés, según tu cuerpo, para cuatro, cinco o más horas…

Automáticamente entras y te ponen un suero, en el suero hay oxitocina sintética. La oxitocina es una hormona que produce el cuerpo de la mujer de manera natural para generar las contracciones.

Muchas veces lo que pasa es que esa oxitocina sintética acelera el corazón del bebe porque hay como un sobre estimulo, está la que produce el cuerpo más la que están poniéndote desde afuera. Muchas veces esto lleva a que se produzca un sufrimiento fetal y ahí automáticamente terminas en cesárea. Si no sucede eso, vas a parto normal.

También es normal que las mujeres utilicen la anestesia peridural, entra dentro del protocolo de la mayoría de las clínicas. Las complicaciones que pueden tener estas prácticas, no se le comunican a la mujer.

R.M. ¿A vos cómo te llegan las denuncias?

M.C. A través del sitio Para Saber con Quién Parimos, la directora es compañera mía y hay varios casos de violencia obstétrica que salen por ahí porque como aparte de ser abogada estudio puericultura entonces hay como algo extra con eso.

R.M. ¿Cómo se maneja en los partos naturales la episiotomía?

M.C. Es totalmente de rutina. La OMS establece que no es necesario y que los casos donde si es necesario son bajísimos, recomiendan no hacerlo por las consecuencias negativas en la mujer a futuro.

La violencia obstétrica es algo que no se registra como violencia. Todo lo maravilloso que puede ser un nacimiento, un parto, que te da un poder como mujer increíble… [Se opaca por cosas así].

Pero no es lo único, desde el derecho también hay violencia porque exigir que una mujer a los cuarenta y cinco días después del parto tenga que volver a trabajar, como la ley de contrato de trabajo… Dejar a un bebe de cuarenta y cinco días es una locura y eso también es violencia.

Lo que finalmente termina pasando es que las mujeres mienten la fecha probable de parto, lo acuerdan con el obstetra para poder tener los tres meses con el bebé.

Ahora acá en Argentina hay toda una lucha de grupos y de ONG s que están tratando de llevar el periodo de licencia por seis meses pagos pero…

Estuvimos en la comisión de derecho laboral de diputados… y es como que no tienen registro de lo que nosotros les hablábamos, es como que es algo que no es lo urgente, como que no hay apuro para tratarlo…

No hay conciencia de cómo mejoraría la sociedad, de cuánto mejoraría el ser humano a futuro, cuánto la calidad de vida se aliviaría, si se cuidase más al niño desde el nacimiento y la crianza.

Otra cosa en cuanto a la violencia obstétrica, si en algún momento la mujer siente que algo no está funcionando, es importante que lo ponga en palabras. Si en el momento del parto se sienten violentadas, que lo dejen asentado. En todas las instituciones públicas o privadas hay libros de quejas, así que lo dejen asentado, tomen los datos de quiénes las han atendido, de quienes las han maltratado.

Es muy fácil, no necesitan de abogado, lo pueden hacer personalmente por internet tanto en el INADI como en la Defensoría del Pueblo. Están las cartas modelo para mandar a la clínica diciendo cuales han sido los derechos que se han violado.

Me parece importante el ir dejando huella.

.R.M. ¿Cuáles son los derechos que las personas no conocen y que deberían conocer para poder reclamarlos y defenderse?

M.C. El derecho a la información, en todo momento vos tenés derecho a que se te informe todo lo que se te va a hacer sobre tu cuerpo.

Tenemos derecho a ser acompañadas en todo el trabajo de preparto, parto y posparto con la persona que una elija. A este respecto sé que en algunos hospitales públicos, para que vayan los hombres a las áreas de obstetricia, tienen una hora durante la mañana y una hora durante la tarde. Entonces a veces hay mujeres que tienen tan solo a su pareja y al no estar su pareja, están solas.

Yo he visto a una mamá que había perdido a su bebé en la semana treinta y tres, y esa chica se la pasaba en los pasillos llorando, sola. Es decir, que tienen que saber que tienen derecho a estar todo el tiempo acompañadas.

Tienen derecho a que no se las medique innecesariamente. Que las inducciones realmente hay que hacerlas cuando hay algún elemento patológico y no como algo rutinario. En el momento del parto tienen derecho de que no se les haga episiotomía. Tienen derecho a conservar su perineo bien. En el pos parto no te tienen que separar de tu bebé, tiene que estar con vos todo el tiempo.

Tenés derecho a exigir ponerlo en la teta lo más rápido posible durante la primera hora después del nacimiento porque es cuando está con los reflejos para mamar.

Sanutri Alimentación Infantil. Lactancia maternaLactancia materna. Sanutri Alimentación Infantil

R.M. ¿Estos derechos están informados en algún lugar en los hospitales, hay afiches informativos o están visibles de alguna otra forma?

M.C. No. Lo único que está más informado es el tema de la lactancia. A nivel hospitalario no están en ningún lados y son derechos que están protegidos en la ley –que lamentablemente no está reglamentada- la 25.929 y la 26.485 que es la ley de protección integral de la mujer, que sí está reglamentada, y donde se habla justamente de la violencia. Es la protección integral de la mujer contra toda violencia, y entre ellas la violencia obstétrica. Es la primera ley que habla de violencia obstétrica como tal, es la que te comentaba del 2009. Pero son leyes que no se difunden.

Hay teléfonos de denuncia del ministerio lo que pasa es que son cosas que no se conocen. Lo primero que habría que hacer es difundir los derechos porque los derechos ya están.

El momento del parto y del posparto estas en un momento de tal vulnerabilidad física y psíquica que no podes salir a defenderte, si no lo hace tu entorno, olvídate.

R.M. Está naturalizado como que el parto es una experiencia traumática más que le pasa a las mujeres en algún momento de la vida.

M.C. Claro, es eso. No es tomado como algo maravilloso, glorioso, increíble, de un poder que la mujer tiene. Las mujeres por lo general no lo pueden vivir así.

Y lo peor es que si cuestionas algo que socialmente está instituido, la loca sos vos, si nadie más se queja. El parto es algo traumático y punto. El parto no se vive como algo maravilloso sino como algo feo, doloroso, difícil…

Además hay algo a lo que habitualmente no se le da importancia que es que el parto es un hecho fundamental y bisagra pero que además, a partir de ahí vos empezás a ser mamá. Y cómo te plantas a partir de ahí con tu bebé en los brazos si venís de una linda experiencia en el embarazo y en el parto, es totalmente diferente que si venís de algo traumático.

Cuánto se le facilita el camino a la mujer si viene de un lindo parto.

Nos despedimos con Mariana en la entrada del subte B. Me quedo con la sensación abrumadora de todo lo que falta por hacer, lo que nos falta conquistar. Por suerte no es la misma sensación que hubiera tenido antes del 2009 donde ni siquiera existían leyes para protegernos a las mujeres de este tipo de abuso.

Falta mucho por hacer pero ya hay un tramo de camino andado, ahora, a seguir transitándolo.

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