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lunes, 24 de febrero de 2014

Hijas sexualmente saludables: Algunos consejos de Joyce McFadden

Arte: "Mother of Three Girls" de Claudine Intner


Aquí compartimos tres consejos de Joyc McFadden, autora de "La alcoba de tu hija: Consejos para educar a una mujer con confianza en sí misma". Tu hija necesita de ti para construir una base que le ayudará a sentirse bien acerca de sí misma ahora que es una adolescente y también más adelante cuando sea una mujer madura.


1. Necesita información acerca de su cuerpo cambiante.


No podrá desarrollar una confianza verdadera sin conocerse a sí misma; y no puede tener conocimiento de sí si no le enseñas acerca del cuerpo que tienen ambas.


No te refieras a sus genitales como “allá abajo”. Si tiene edad para saber qué es un lóbulo o un ombligo, entonces también tiene edad para saber qué es su vulva y dónde está. Distintas asociaciones, como la Academia Americana de Pediatría y la Academia Americana de Psiquiatría Infantil y Adolescente recomiendan que la educación sexual comience a los 18 meses. Si quieres que tu hija se sienta segura con un sentido propio de su ser y que sostenga sus propias ideas y defienda sus emociones cuando temas sexuales se presenten, aquí es donde debes empezar.


Si empiezas nombrando simplemente las partes de su cuerpo, de manera gradual podrías moverte hacia ayudarle a entender su sexualidad cuando madure más. De esta manera, cuando sea una adolescente y realmente necesite más información, sabrá que cuenta contigo. Si comienzas a hablar con ella cuando ya es una adolescente, existe la probabilidad de que sea más difícil tener estas conversaciones con ella y que incluso se congele cuando quieras hablar con ella de un tema tan delicado.


2. Ella necesita aprender a respetar su cuerpo y sus capacidades.


Recuerda que eres su ejemplo a seguir. Si no respetas tu propio cuerpo, será más difícil para ella respetar el suyo y le será más difícil también elegir compañeros sexuales que lo honren y valoren.


No critiques su cuerpo, tu cuerpo y tampoco critiques los cuerpos de otras mujeres frente a ella.


No le hagas burla por cómo se ve o por las formas que empieza a tomar su cuerpo. No hagas que vea la comida como una “dieta” o que sienta que necesita ponerse a dieta. Enséñale a nutrirse y a cuidar su cuerpo.


No hables mal de otras mujeres. Cuando la escuches hablar mal de otras niñas, dile que eso no se hace y explícale el daño que nos hacemos entre nosotras cuando nos criticamos al vernos a través de la lente de los medios y la publicidad que nos cosifican.


Háblale acerca de la menstruación mucho antes de que experimente su propia menarquia (primera menstruación) y déjale saber que puede sentir la confianza contigo para hablar de cualquier tema sexual. Que sepa que hablarás con ella con toda la honestidad que merece la relación que comparten ustedes dos.



3. Ella necesita saber que puede hablar contigo acerca de lo que sea…


Muchas mujeres guardan secretos de sus mamás, sobre todo “secretos” relacionados con el sexo, porque piensan que sus mamás no podrán “manejarlo” si les cuentan lo que han hecho o lo que quisieran saber. Pasará por su mente que si su mamá no puede hablar con ella acerca de la sexualidad normal y saludable, no podrá manejar y hablar de temas más complicados.


Cosas que las niñas y las mujeres guardan de sus mamás? Su preferencia sexual, aborto, abuso sexual, violación, infidelidades y problemas en sus relaciones. En lugar de tener a su mamá a su lado, muchas mujeres atraviesan estas situaciones solas. :(


Si quieres que tu hija se acerque a ti para platicarte lo que sucede en su vida, deberás ganarte ese privilegio. Sí, leíste bien. Ella no se va a sentir cómoda, segura o en confianza contigo a menos que la hayas educado con el ejemplo. Si quieres una relación cercana con tu hija y que esto dure toda sus vida, nutre tu relación con ella en este sentido.


Lo más seguro o común es que tu hija y tú comparten el mismo género. Las dos se sienten mujeres. No la dejes sola y en la ignorancia acerca de lo que esto significa y mucho menos en cuanto a todo lo que puede significar para ella ahora que los tiempos han cambiado y que las mujeres tenemos más oportunidades para desarrollarnos.Enséñalee a mantenerse conectada consigo misma e invitala a conectarse contigo.

Texto originalmente publicado en The Huffington Post; traducción con algunas modificaciones de Helecho Verde

viernes, 21 de febrero de 2014

Reflexiones antropológicas acerca de la construcción biomédica de la menopausia

Héctor Blass Lahitte[1]  y  Ana Leticia Fitte[2]




I- Introducción

Las investigaciones pioneras de Margaret Mead constituyeron un aporte fundamental para el conocimiento de las relaciones entre hombres y mujeres, promoviendo la diferenciación posterior de las categorías de sexo y género. Una de las características que la autora reconoce como propias del ciclo de vida femenino, es el hecho de que la vida de una mujer se desarrolla en distintas etapas predefinidas, puntualizándose en cada caso particular si es virgen, si dejó de serlo, mujer sin hijos, madre, mujer que ha pasado la menopausia -y que ya no puede tener hijos-(Mead, 1961). Tomando como referencia la sociedad occidental, Lock observa que el saber científico biomédico, ha compartimentalizado progresivamente el ciclo de vida femenino en distintas etapas, a menudo signadas cada una de ellas por alguna crisis particular. En este sentido, una de estas etapas consignadas para el ciclo de vida femenino es la “mediana edad”, caracterizada por la ocurrencia del climaterio y la menopausia (Lock, 1996: 35). El objetivo de este trabajo es repasar la conceptualización biomédica de la menopausia, particularmente, la construcción del cuerpo femenino que subyace en dicho saber. El prepuesto de partida que aquí tomamos es que en la sociedad occidental, la materialidad física del cuerpo femenino y sus características “naturales”, han sido históricamente los emblemas definitorios de la identidad femenina, los sustratos utilizados para sostener y legitimar la estructura de género de nuestra sociedad. Como destaca Burín, “en la cultura patriarcal el sistema predominante para las mujeres organiza su feminidad alrededor de la fertilidad y la maternidad” (Burín, 1998). Cabe entonces preguntarnos qué modalidades de existencia caben para aquellas mujeres que ingresan o superan la edad de la menopausia, en la medida en que son percibidas y definidas en función de la pérdida de sus capacidades reproductivas.



II- Breve reseña de las definiciones médicas de la menopausia

Siglo XIX: primeros estudios


Rodríguez establece la etimología de los términos menopausia y climaterio. Dice: “en un sentido estricto, el vocablo menopausia alude a la fecha de la última menstruación. Etimológicamente deriva del griego: “men”: (mes) y pausis (cesación). Menopausia es entonces, la interrupción permanente de la regla, como consecuencia de la pérdida de la actividad folicular ovárica, y es un suceso inevitable que acontece alrededor de los 50 años. Conceptualmente, el climaterio es el período de transición de la etapa reproductiva a la no reproductiva y comprende el lapso que antecede a la menopausia así como el que la sucede. También de procedencia griega, la expresión: “climater” (escalón), es aplicada, al “período de la vida que precede y sigue a la extinción de la función genital”. (Rodríguez, 2000). Acorde con la OMS el climaterio tiene lugar en las mujeres entre los 45 y 64 años (OMS, 1981).

Una de las primeras obras, de principios del siglo XIX dedicada íntegramente al tema de la menopausia es la del médico francés Gardanne. En ella propone el término menopausia para designar la interrupción de los menstruos (Laznik, 2005). Lock señala que a partir de mitad del siglo XIX, dicho término habría sido incorporado gradualmente en la literatura médica, tanto en Inglaterra como Francia para referirse a los años anteriores y posteriores a la última menstruación (Lock 1993, 309). Las discusiones referidas a la menopausia, giraban en torno a los riesgos posibles durante esta etapa y en qué casos ésta era normal o patológica. Fuera de estos términos la mayoría de los especialistas permanecían indiferentes ante esta parte del ciclo de vida femenino. Las investigaciones y los conocimientos derivados de éstas sobre el proceso en sí mismo, eran por entonces subsidiarios de las investigaciones interesadas en la fisiología del aparato reproductivo femenino.

Otra de las publicaciones claves de dicho siglo es la del fisiólogo Edward Tilt, quien publicara en Inglaterra el libro “The change of life in Health and Disease: A Practical Treatise on the Nervous and Other Affections Incidental to Women at the Decline of Life”. A esta primera publicación, en el año 1857, le siguieron 3 ediciones más, la última de las cuales se realizó en 1882 (Lock 1993, 310). Tilt acordaba con un colega americano, Dr. Meigs, en que hasta el momento no se le había prestado suficiente atención a los peligros durante "la crisis", y que las mujeres que solicitaran ayuda debían recibir una atención adecuada. La perspectiva de Tilt era compartida por otros médicos de su época. En términos generales, se acordaba que la edad comprendida entre los 40 y los 55 años era una época de pérdida del vigor para ambos sexos y no solo para las mujeres.

Tilt consideraba que si bien la menopausia era un proceso superable en la vida de toda mujer, éste debía ser supervisado por un médico y la superación de dicha etapa no siempre se lograba sin verse afectadas ciertas cualidades vinculadas con la apariencia femenina. En algunos casos las afectadas "no recuperaban su salud sin sacrificar su gracia femenina, su apariencia se tornaba de alguna manera masculina, los huesos más prominentes que lo habitual, la piel menos delgada” (Lock 1993, 311). Este médico definía a la mujer como "un útero, con otros órganos alrededor" y como muchos colegas de su época, postulaba que la principal causa del cambio, se debía a una evolución deficitaria de los ovarios, un colapso del sistema reproductivo que repercutía en la totalidad del cuerpo femenino.

La antropóloga Emily Martin en un trabajo del año 1989 –Woman in the Body: A Cultural Analysis of Reproduction-, dedica un capítulo al análisis de los discursos médicos sobre la menstruación y la menopausia. Su punto de partida es que los textos médicos construyen el cuerpo de la mujer, a través del uso de metáforas indisociables del contexto socio histórico. Martin plantea que en el siglo XIX tanto la menopausia como la menstruación son analogadas a enfermedades. El cuerpo femenino es percibido como una máquina periódicamente dañada por las menstruaciones a lo largo del ciclo reproductivo, y en crisis a partir del climaterio.



Siglo XX: el cuerpo hormonal

Durante el siglo XX se empiezan a desarrollar estudios en endocrinología, los cuales tendrán implicancias en la percepción del cuerpo humano. Como destaca Harding, “las hormonas son uno de los mayores inventos del siglo XX, que han capturado tanto la imaginación científica como la popular” (Harding, 1996: 101-102). Según esta autora, en el discurso científico, las hormonas sexuales han sido presentadas como determinantes poderosos de la diferencia sexual proveyendo de un punto de origen para sexo y mecanismo a través del cual es expresada la diferencia sexual. En suma, discursivamente constituyeron la encarnación de la esencia del sexo. La constitución de las hormonas sexuales en estos términos, significó y promovió una jerarquía de eventos en la cual fue aceptado que el sexo puede ser leído a partir de un cuerpo en el que se desarrollan una de las dos superficies morfológicas, esta noción de dualismo sexual ha sido reforzada en los discursos posteriores con el uso de los términos masculino y femenino para describir las hormonas implicando esto que funcionan de manera separada y que son exclusivas a los sujetos sexuados. Este mismo dualismo, sobre el sexo y el cuerpo se implementa hoy día en el caso de estrógeno, el cual es entendido como la hormona sexual femenina por excelencia (Harding, 1996: 100).

En este sentido, Harding señala que el surgimiento de las hormonas, facilito el desarrollo de una construcción específica nueva: el cuerpo hormonal, esto es, un cuerpo controlado por hormonas.

El hallazgo del estrógeno en la década del veinte y su participación en la fisiología reproductiva femenina tuvo como consecuencia la redefinición del concepto de menopausia como una enfermedad deficitaria junto con la extendida promoción de la terapia del reemplazo de estrógeno. Leidy indica que esta conceptualización de la menopausia como patología ha adquirido tres formas: “1) como una enfermedad deficitaria (similar a la diabetes o al hipotiroidismo); 2) como una endocrinopatía (enfermedad de las glándulas endócrinas); 3) como un factor de riesgo para contraer enfermedades crónicas tales como osteoporosis y enfermedades de tipo cardiovascular (Leidy, 1999, 409)”.

Una de las figuras destacadas en la historia médica que más opinó sobre femeneidad fue el Dr Robert Wilson, un ginecólogo de Brooklyn cuyo trabajo sobre la menopausia fue financiado por Wyeth, una compañía farmacéutica líder en la producción de estrógeno para la terapia de reemplazo hormonal. Wilson es probablemente la figura más citada de la literatura sociológica y feminista sobre menopausia por su punto de vista radicalmente sexista. Las afirmaciones de uno de sus artículos, “The Fate of the Nontreated Postmenoapausal Woman: a Plea for the Maintenance ofAadequate Estrogen from Puberty to the Grave”, son escandalosas en este último sentido; afirma por ejemplo: “un hombre permanece hombre hasta el final. La situación con la mujer es muy diferente. Sus ovarios se tornan ‘inadecuados’ en una fase de la vida relativamente temprana. Es el único mamífero que no puede continuar reproduciéndose luego de la mediana edad” (Wilson, 1963)[3]. Al final de su artículo dice: “ya no tenemos una mujer completa sino una parte de una mujer”. En estas afirmaciones de Wilson -destacadas por Lock en su libro “Encounters with Aging. Mythologies of Menopause in Japan and North America”- prevalece la imagen de la mujer constituida en torno a un útero tal como Tilt propusiera el siglo anterior (Lock, 1993). A partir de las investigaciones de éste medico, en el año 1966, se propuso un uso masivo de la terapia de reemplazo hormonal para tratar la sintomatología producto de la menopausia. Wilson indicaba que reestableciendo los valores hormonales normales –relativos a los niveles de estrógeno presentes en la mujer en edad de procrear-, se detendría y se evitaría el decaimiento físico y psíquico de la mujer en período menopáusico. Comienza así un largo debate, actualmente irresuelto, sobre las ventajas y desventajas del uso de éste tipo de terapias ya sea para prevenir o para tratar la sintomatología asociada a la menopausia. Hasta mediados de los setenta, la terapia de reemplazo de estrógeno era usada para el tratamiento de síntomas específicos asociados con la menopausia, especialmente los “calores”. Entre 1975 y 1980 su uso declinó de manera dramática, debido al riesgo de contraer cáncer endometrial que aparejaba su uso. Como consecuencia de esto, a partir de los ochenta, pasará a recomendarse el uso combinado de estrógeno con progesterona que administrado en las dosis prescriptas, contrarrestaría el efecto tóxico del estrógeno. Este tratamiento recibe el nombre de terapia de reemplazo hormonal, el cual a diferencia del anterior es también utilizado para prevenir enfermedades coronarias y osteoporosis (Lock, 1993; Leidy 1999; Woi Leng, 1996, Harding, 1996).




III- Epistemología del saber biomédico

No obstante las reconceptualizaciones que ha atravesado el concepto de menopausia en el modelo biomédico hay una serie de premisas básicas asumidas de manera implícita y estrechamente relacionadas:

a) Dualismo mente/cuerpo

La primera premisa básica común al saber biomédico se refiere al dualismo mente/cuerpo. Scheper-Hughes y Lock, destacan la falacia biologicista vinculada con el dualismo cartesiano que disocia mente y cuerpo como dos entidades discretas, y que aborda el estudio de este último aislándolo de todo contexto sociohistórico (Scheper-Hughes y Lock 1987, 7). Es esta concepción del cuerpo la que posibilita la universalización y esencialización del cuerpo femenino y, consecuentemente, de la menopausia. Los aportes de la antropología han resultado enriquecedores para subvertir esta visión, destacando que el cuerpo es "un artefacto simultáneamente físico y simbólico, producido tanto natural como culturalmente y anclado en un momento histórico particular" (Sheper-Hughes y Lock 1987, 7) Si bien durante la menopausia se producen una serie de cambios endocrinológicos, la ocurrencia de éstos no configura sustancialmente la experiencia subjetiva de esta etapa. Es en éste sentido, que Lock propone el termino “Biologías Locales”, para poder entender la compleja dialéctica entre biología y cultura (Lock 1993, xxi). La conservación de la existencia, es la condición constitutiva de los seres vivos, que sin estar predestinados por la biología, nos desarrollamos en función de sus condiciones. Es un error tratar de entender la problemática de la mujer “como si” no fuese parte de sistemas mayores.

b) Universalidad de la experiencia de la menopausia

Los cambios biológicos involucrados con el envejecimiento tienden a ser ambiguos, continuos e idiosincrásicos. Como resultado de esto, las categorizaciones médicas habrían llevado a focalizar en las últimas menstruaciones como el indicador universal de la menopausia, algo que puede ser reconocido únicamente en términos retrospectivos, es decir, cuando la mujer ha experimentado más de doce meses de amenorrea.

Por otro lado, el modelo biomédico da por sentado que la menopausia es una experiencia compartida universalmente por la población femenina, es decir, un fenómeno transcultural inherente a la condición de ser mujer. Esto implica una visión naturalista del cuerpo que no considera la variabilidad de la sintomatología diferencial asociada con el climaterio en las distintas culturas. En esta dirección, siguiendo a Latour, Lock destaca el carácter artificial de lo natural. Dice que “tanto los conceptos de naturaleza como los objetos naturales son en sí mismos, híbridos, inseparables del conocimiento culturalmente construido…, la naturaleza -incluyendo la especificación con sus relaciones con la sociedad humana y la cultura-, es contingente y así, los significados atribuidos a ella cambian a través del tiempo y del espacio (Lock, 1996: 38).

c) Idea de normalidad fundada en el estereotipo mujer occidental, joven y fértil

Lock indaga la posición ideológica de los argumentos que dan cuenta de las mujeres de edad media como “anormalidad” y “patología”. Esta conceptualización está basada principalmente en dos principios: 1) La mujer como fenómeno evolutivo, que se destaca del resto de las especies animales por tener la capacidad de vivir alrededor de un tercio de su vida sin contar con la capacidad reproductiva. Según Lock esta percepción de la mujer en la mediana edad como fenómeno anormal, se evidencia en los argumentos que enfatizan la importancia del estudio de la menopausia en vistas del aumento de la población y esperanza de vida femenina en este último siglo. Desde esta perspectiva, el ingreso de millones de mujeres en la menopausia, significaría un fenómeno sin precedentes en el reino animal. 2) Los cambios corporales experimentados durante la menopausia (cambios celulares a nivel endometrial y ováricos, niveles hormonales, densidad ósea, niveles de calcio y lípidos) son medidos y luego contrastados tomando como referencia valores normales, es decir, aquellos característicos de cuerpos de mujeres occidentales en edad reproductiva). Ambos suponen que la vida femenina se define en función de su capacidad reproductiva. (Lock, 1993).

Por otro lado, la idea de anormalidad inherente a la mujer, está relacionada con la descripción hecha del ciclo hormonal femenino en contraposición con el masculino. Harding, siguiendo la propuesta de Oudshoorn, señala que el modelo cuantitativo químico de las diferencias sexuales, dio lugar a la noción de que la producción hormonal seguía un ritmo pautado que difería en los cuerpo masculinos y femeninos, siendo el cuerpo masculino caracterizado por una “regulación hormonal estable” y el femenino por una “regulación hormonal cíclica”. Oudshoorn dice que esto llevó a establecer diferencias de sexo conceptualizadas en términos de ciclicidad versus estabilidad, acompañadas por las respectivas connotaciones negativas y positivas (Harding, 1996: 107). En este mismo sentido, Shilling destaca que “históricamente, la posición de las mujeres en la sociedad, ha sido socavada a través de intentos reiterados de definir sus cuerpos ‘inestables’, que dominan y amenazan sus mentes ‘frágiles’” (Shilling, 1993 -44).



IV- Conclusión
Como señala Conrad, el modelo médico descontextualiza los problemas sociales, al tiempo que los coloca bajo su control. De esta forma, este proceso individualiza lo que de otra manera sería visto como un problema de carácter colectivo y social. En el caso de la menopausia, "la medicalización desdibuja un hecho que desvía la atención del escrutinio crítico de los valores patriarcales y la inequidad social inherente a éste (Conrad 1992, 223-224)". Pero, como señala Lock el cuerpo medicalizado no es simplemente el producto de los cambiantes intereses médicos, del conocimiento y de la práctica, sino una manifestación de potencias nunca establecidas, parcialmente guiadas por asunciones morales e intereses políticos (Lock, 1996: 37).

Considerar la menopausia desde el paradigma biomédico es en muchos casos perder de vista las interacciones personales que dan lugar a la estabilización de patrones de contradicciones emocionales recurrentes. Estas contradicciones que surgen como consecuencia de intentar satisfacer expectativas del medio, generan sufrimiento en quien lo vive. En este sentido, tales evaluaciones son erróneas y socialmente peligrosas dado que contribuyen a estabilizar la dinámica del sentimiento en las que se originan.

Dentro de las creencias engañosas y contradictorias del modelo biomédico, tal vez la más significativa sea aquella que da por supuesto que el cuerpo tiene una estructura fija que explica la constancia de sus propiedades sin tomar en consideración que en nuestra condición de sistemas vivos existimos mientras se satisfagan las condiciones que lo definen (no necesariamente la presencia o ausencia de menstruación) y existimos tanto hombres como mujeres en el dominio en el que estas condiciones se satisfagan (la familia, el trabajo, etc). “Si bien la menopausia es un evento biológico, el significado atribuido a ésta es cultural. Nuestras percepciones de la menopausia están ligadas a asunciones culturales más amplias sobre la feminidad, envejecimiento, y concepciones médicas en general. En este sentido, tanto la menopausia, como el género, pueden ser entendidos como construcciones culturales que reflejan y refuerzan valores y asunciones culturales más amplios (Webster, 1993, 243)”.

El modelo biomédico define el carácter triplemente anormal de la mujer menopáusica en contraste con otras especies animales (mujer menopáusica como la única dentro del reino animal que alcanza a vivir un tercio de su vida habiendo perdido sus capacidades reproductivas), con el hombre (la mujer caracterizada por una fisiología hormonal cíclica e inestable) y con la mujer joven (la mujer menopáusica caracteriza por su imposibilidad de procrear). Tomando como punto de referencia esta conceptualización biomédica de la menopausia cabe plantear el desafío sobre cómo propiciar modelos alternativos para la identidad de la mujer menopáusica, teniendo en cuenta que este modelo esta ligado de manera indisoluble con una serie de presupuestos ideológicos que asumen que la menopausia implica la pérdida de la feminidad, esto es, la pérdida de la hormona “típica” de la mujer, la desaparición de la menstruación, la pérdida de la juventud y de la capacidad reproductiva. Importantes teóricos de la medicina proponen la idoneidad de la experiencia biológica como modo de saber lo que es correcto y lo que es incorrecto…, hoy estamos en condiciones de revisar dicho modelo. Debemos incluir la perspectiva sistémica (constructivista, interaccionalista o estructuralista) que tome en consideración múltiples factores para establecer un modo de ser y estar. En estas circunstancias la responsabilidad y la destreza clínica exigen que el investigador sea consciente de que su tarea consiste no en reducir la explicación a lo que a alguien le ocurre, sino destacar la apertura en un espacio de coexistencia, con otros miembros, en distintos dominios, es decir, poniendo en contexto, el estado en cuestión.

[1] Héctor Blas Lahitte, Doctor en Ciencias Naturales (Licenciado en Antropología), Doctor en Psicología, Post-grado en Psicología, Investigador Principal CIC (Argentina), Director del PINACO (Instituto de Investigación en Antropología Cognitiva), Jefe del Departamento Científico de Etnografía de la Facultad de Ciencias Naturales y Museo (FCNyM) de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP), Profesor Titular de Teoría Antropológica y Etología, Académico de la Academia Nacional de Ciencias de Córdoba y Buenos Aires, Profesor e Investigador visitante en España.  E-mail: lahitte@fcnym.unlp.edu.ar
[2]Ana Leticia Fitte, Licenciada en antropología,  (FCNyM – UNLP),  Becaria CONICET, Personal del Departamento Científico Etnografía de la  FCNyM, UNLP. E-mail: anafitte@gmail.com


Bibliografía

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Barber Webster, Joy. Meno-Boomers and Moral Guardians. An Exploration of the Cultural Construction of Menopause. (1998). En: The Politics of Women’s Bodies Sexuality, Appearance and Behavior. Rose Wietz, ed. Oxford University Press.

Conrad, Peter. Medicalization and Social Control. (1992).En: Annual Review of Sociology 18:209-232.

Harding, Jennifer. Sex and Control: The Hormonal Body. (1996) En: Body and Society; 2; 99-111., SAGE Publications http://www.sagepublications.com

Laznik, M-C. (2005). La menopausia. El deseo inconcebible. Ed. Nueva Visión. Bs. As.

Leidy, Lynnette. Menopause in Evolutionary Perpective. (1999) .En: Evolutionary Medicine, James, J, McKenna, L y Smith, E., editors. Oxford University Press, pp 407-427

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Martín, Emily. Medical Metaphors of Women’s Bodies: Menstruation and Menopause y Medical Metaphors of Women’s Bodies: Birth. (1989). En, The Woman in the Body. A Cultural Analisis of Reproduction Beacon Press.

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Rodríguez, B.M. (2000). Climaterio femenino. Del mito a una identidad posible. Argentina. Lugar Editorial.

Scheper-Hughes, Nancy y Lock, Margaret. The Mindful Body: A Prolegomenon to Future Work in Medical Anthropology. En: Medical Anthropology Quaterly, New Series. Vol 1. No. 1, pp 6-41. Mar. 1987.

Shilling, Chris. (1993).The Body and Social Theory. Great Britain: Edit. Sage Publications.

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Wei Leng, Kwok. On Menopause and Cyborgs: Or, Towards a Femninist Cyborg Politics of Menopause. (1996) En: Body and Society 1996; 2; 33-52., SAGE Publications http://www.sagepublications.com

Artículo original publicado en http://www.pliegosdeyuste.eu/ 

miércoles, 19 de febrero de 2014

Filosofía japonesa (¿Inspiración?)


1 - Los niños japoneses limpian sus escuelas todos los días durante un cuarto de hora con los profesores, lo que llevó a la aparición de una generación de japoneses que son modestos y entusiastas en la limpieza.
2 - Cualquier ciudadano japonés que tiene un perro tiene que llevar saco y bolsas especiales para recoger excrementos de perro. Higiene y su afán por abordar la limpieza es parte de la ética japonesa.
3 - El trabajador de limpieza en Japón se llama "ingeniería de la salud" y puede ordenar a sueldo de USD 5000 a 8000 por mes, y un producto de limpieza se somete a las pruebas escritas y orales!
4 - Japón no tiene recursos naturales, y están expuestos a cientos de terremotos al año, pero no le impidió convertirse en la segunda economía más grande del mundo?
5 - Hiroshima regresó a lo que era económicamente vibrante antes de la caída de la bomba atómica en sólo diez años?
6 - Japón impide el uso de la telefonía móvil en los trenes, restaurantes y cubiertas.
7 - Japón los estudiantes del primer al sexto año de primaria debe aprender la ética en el trato con la gente.
8 - Los japoneses a pesar de que una de las personas más ricas del mundo, pero no tienen sirvientes. Los padres son responsables de la casa y los niños.
9 - No existe un examen de primero a tercero de primaria, porque el objetivo de la educación es inculcar los conceptos y la formación del carácter, y no sólo el examen y el adoctrinamiento. -
10 - Si usted va a un restaurante de buffet en Japón se dará cuenta la gente sólo come todo lo que necesitan sin desperdicio alguno. Ningún alimento se desperdicia.
11 - La velocidad de los trenes retrasados en Japón es de aproximadamente 7 segundos por año! Ellos aprecian el valor del tiempo, muy puntual a minutos y segundos.
12 -. Los niños de las escuelas deben cepillarse los dientes (estéril) y limpiarse los dientes después de las comidas en la escuela; Mantienen su salud desde una edad temprana -
13 - Los estudiantes toman media hora para terminar sus comidas para garantizar una digestión correcta. Estos estudiantes son el futuro de Japón.

martes, 18 de febrero de 2014

Parto tzeltal en Chiapas

En los Altos de Chiapas se encuentra la comunidad indígena Tzeltal. Por primera vez se logró filmar un parto en esta región, dando así a conocer la Medicina tradicional de la que las parteras son herederas.

En una interesante mezcla de ciencia, sabiduría ancestral y diferentes rituales, la partera Margarita Pérez Pérez nos va contando la historia y las preparaciones para un parto, de los muchos que ella atiende al año en diferentes comunidades del estado de Chiapas, en el sureste mexicano.



Para muchas personas, estos conocimientos son sólo supersticiones. Pero para muchas otras y especialmente para parteras y doulas en todo el mundo, las parteras mexicanas son guardianas de un conocimiento que necesita rescatarse y difundirse, para rescatar también el respeto al proceso natural para el que el cuerpo de la mujer está preparado, para un mejor conocimiento de sí mismas y una óptima salud del bebé por nacer. En este contexto, la labor de la partera es prepararse y preparar a la mujer para preservar ante todo su vida y la de su bebé, en un proceso que implica el involucramiento del papá y de la familia de ambos, que es un suceso familiar más que un acontecimiento clínico.


Este video fue documentado por OMIECH (Organización de Médicos Indígenas del Estado de Chiapas) de la cual Margarita Pérez forma parte. Les agradecemos el haber producido este material que seguramente será objeto de mucha reflexión sobre cómo vemos al parto en nuestros días. 

lunes, 17 de febrero de 2014

Entrevista a Isa Sanz (Kika Fumero)

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Fotografía de Isa Sanz
Originalmente publicada por Kika Fumero en M-arteyculturavisual

La menstruación ha sido considerada a lo largo de la historia como símbolo de contaminación. Se la ha llegado a llamar “impureza menstrual”. En esto las religiones han hecho una gran labor, perpetuando una imagen monstruosa de la mujer menstruante. La ley mosaica, sin ir más lejos, consideraba inmunda a la mujer durante los siete días que le duraba una menstruación normal; e inmundo era también aquel hombre que yaciera en este período junto a ella, o que incluso mantuviera relaciones sexuales. “Cuando la mujer tuviere flujo de sangre, y su flujo fuere en su cuerpo, siete días estará apartada; y cualquiera que la tocare será inmundo hasta la noche” (Levítico, 15:19).

Isa Sanz (www.isasanz.com) es una fotógrafa que reivindica lo femenino y pone su granito de arena en esta larga lucha por despojar a la mujer de tantos tabúes, estigmas y prejuicios. A través de la fotografía como medio principal de expresión, Isa Sanz nos transmite la emotividad y profundidad del universo femenino de una manera hasta ahora apenas conocida, traspasando esa difícil barrera de dotar a la técnica y al estudio, del concepto y de la magia necesaria para llegar por fin al arte.

En “Sangro, pero no muero”, Sanz persigue una ruptura del tabú patente en el ciclo de la mujer al someter al público a la visión de esta sangre menstrual:
[…] para quien la sangre menstrual sea un tabú le supondrá un trauma ver estas imágenes. Para alguien conectado con esa naturalidad corporal, le parecerá bello.
Mujeres diversas, de distintas edades, desnudas, fondos neutros… Cada una de ellas muestra una parcela de su yo más íntimo: la sangre que emana de sus vaginas fluyendo por sus piernas. Sangrando, pero no muriendo; en pleno proceso vital de ese ciclo que implica a la vez muerte y vida. Nuestra menstruación es nuestra identidad como mujeres, es una puerta al misterio de los ciclos de la vida y de la muerte –aclara la artista.

KF- ¿Cuál fue tu trayectoria hasta llegar a este trabajo cuyo protagonista es la menstruación? ¿Cómo nació?
IS- Siempre me interesó la mujer, la identidad, el cuerpo, las formas de representación, etc. Durante mis estudios, me entusiasmaron las artistas feministas de los 60 y 70, sobre todo las americanas. Todo ello fue evolucionando con nuevas lecturas y el transcurso de mi vida personal, búsqueda, descubrimientos, etc.
Para mí, el arte es mi vida y no explico una cosa sin la otra. No hago arte conceptual, no “busco ideas”, más bien las ideas me buscan a mí, me exploro a través de mis imágenes, y descubro el mundo a través de ellas.
“Sangro, pero no muero” es mi trabajo más personal. Al principio, tenía una gran necesidad de explorar este asunto, pero por otro lado me movía tanto interiormente que me decía a mí misma “¡Qué haces!”. Descubrí obras con conexión al respecto: Bandera Roja de Judy Chicago, textos de escritoras o pensadores que fortalecieron mi impulso y necesidad de realizar este trabajo, así como personas que valoraron la propuesta y me animaron, como, por ejemplo, Charles Plymell, poeta americano vinculado a la Beat Generation, siendo un honor que alguien como él admirará esta obra y colaborara con algunas críticas sobre la misma.
“Sangro, pero no muero” nació de ENTRE MIS PIERNAS.

KF- ¿Qué artistas y corrientes feministas te han influido? ¿Por qué?
IS- Escritoras como Rossi Braidotti, algunas ideas de Judith Butler, Linda Nead, Jodorowsky, textos sobre Tantra, mi práctica espiritual en diferentes campos, Ana Mendieta, Judy Chicago, Hannah Wilke, Valie Export, Marina Abramovic… ¡Y seguro que me olvido de muchas!

KF- ¿De dónde surge el título que introduce este trabajo tuyo?
IS- La sangre menstrual es la única que derramada fuera del cuerpo no significa muerte. Es una sangre expulsada de manera natural. Surgió en conversaciones con un amigo director teatral, Diego Palacio, quien me asesoró en una performance art que realicé sobre esta serie.

KF- ¿Cuál es la finalidad de tu obra? ¿Qué has pretendido transmitir con ella?
IS- La verdad, no tengo un objetivo, más bien creo para satisfacer una necesidad interior, eso primeramente. Es mi manera de expresarme. No busco convencer a nadie, sí busco transmitir mi verdad. Y me satisface mucho, cuando personas me escriben mails diciéndome que mi obra les emociona y que se sienten identificadas con ella.
Mi trabajo habla de lo profundo, de aspectos humanos y naturales que deben de ser honrados, creo que no debemos de ir en contra de nosotros mismos ni de nuestra naturaleza.

KF- Abordar un tema tan invisibilizado y controvertido como es la menstruación de las mujeres no es tarea fácil, ¿qué impacto ha tenido en el público? ¿Alguna anécdota (positiva y/o negativa) que destacar?
IS- ¡Muchas! En una exposición individual con esta serie en Valladolid, a la cual asistieron más de 4.000 personas en 21 días, recuerdo un hombre mayor que “confesó” a la azafata que cuidaba la sala, que nunca había visto desnuda a su mujer, esto nos lo comentaba cuando miraba los cuerpos desnudos de todas las mujeres que aparecían en esa exposición. Tremendo, ¿no? Otro día, una monja, mientras paseaba por la sala, decía: “qué interesante, qué interesante”…  Y tantas personas, sobre todo mujeres, que apoyan este trabajo y lo ven necesario en estos momentos de cambio en el que lo femenino se reivindica y se reconstruye.

Recorrido con Isa Sanz por esta exposición


En mi opinión, el arte debe de servir para reflexionar, para sentir. Para mí no es simplemente un objeto decorativo. Cuando vemos una obra de arte, vemos lo que tenemos dentro, lo que esa obra nos produce, por tanto cambia en cada persona, para alguien a quien la sangre menstrual sea un tabú le supondrá un trauma ver estas imágenes. Para alguien conectado con esa naturalidad corporal, le parecerá bello. Así me lo han manifestado muchas personas.

KF- ¿Cómo surgió la idea de utilizar el bindu en sus tres formas?
IS- Había leído que algunas mujeres de tribus, se pintaban con sangre en la zona del tercer ojo (Ajna) para potenciar su visión e intuición, para adivinar. Y quise experimentarlo y hacer mi propia versión sobre esto.
En esas 3 imágenes, pinté un bindu (punto) con sangre para potenciar esos centros energéticos. Uno es Ajna y está relacionado con la intuición y el pensamiento; otro es Anahata, que rige nuestro corazón y sentimientos; por último, Svadistana, que es el centro energético que nos conecta con las emociones, la sexualidad y la energía creativa. Esas tres fotografías, se llaman “Visión”, “Emoción” y “Cuerpo”, respectivamente.
Los gestos simbólicos y rituales abren puertas a la percepción. Al fin y al cabo, donde pones la intención, la vida se manifiesta.

isa sanz baja
Fotografía: Retorno de Isa Sanza

KF- Descríbenos dos de tus fotografías más preciadas con el fin de sensibilizarnos de primera mano contigo y con ellas.
IS- No podría elegir favoritas. Desde luego “Sangro, pero no muero” es mi trabajo más personal. Por ejemplo, en “Retorno”, de esa serie, aparece una mujer que está flotando en un espacio negro y rodeada de pétalos. La sangre menstrual se desliza por sus piernas de una manera muy delicada. Simboliza la conexión con una misma, la vuelta a casa, el amor hacia nuestro cuerpo. Y eso es una conquista personal, nadie te lo da ni nadie te lo puede quitar.
De la serie Alma Máter hay un retrato titulado “Cristina y Urco”, me gusta mucho la energía salvaje de ella combinada con el abrazo delicado a su hijo, quien aparece vulnerable en la imagen.

KF- En una de tus fotografías te autorretratas mostrando abiertamente la sangre entre tus dedos. ¿Cómo definirías tu relación personal con tu menstruación durante y tras la realización de este trabajo?
IS- Mis días de menstruación son días creativos y profundos para mí. Respeto con totalidad mis necesidades, sin juzgarme al respecto. Son unos días llenos de potencialidad si conocemos nuestros ritmos y los respetamos.
Nuestro cuerpo es sagrado. Nuestra menstruación es nuestra identidad como mujeres, es una puerta al misterio de los ciclos de la vida y de la muerte.

Baño de flores ~ Ritual boliviano para cerrar el ciclo menstrual

En otros posts hemos compartido la importancia de reconectar con nuestro cuerpo durante nuestra menstruación, ya que nuestra sociedad nos inculca que son los días menos deseables del mes (con un sinfín de síntomas previos y durante los días de luna) sin tomar conciencia de que muchos de los signos naturales de la menstruación se agravan cuando nuestra actitud se torna hostil hacia nuestro cuerpo y sus procesos. 

En muchas tradiciones antiguas y actuales podemos encontrar rituales sencillos pero cargados de significado que nos van a permitir pasar de una actitud hostil y de rechazo a una actitud gentil, de honor y respeto hacia una misma. Aquí compartimos una de ellas. 



Ritual para cerrar el ciclo menstrual de mujeres bolivianas.

Este sencillo ritual de solo tres días permite que regulemos y podamos conocer nuestro ciclo.
Lo podemos compartir con las niñas u otras mujeres de la comunidad.
Para poder transmitirlo primero pongámoslo en práctica (mínimo seis lunas seguidas). Veamos y sintamos qué sucede en nosotras y luego contémoslo a otras;  de esta manera recuperaremos la transmisión oral de mujer a mujer, de madre a hija, de abuela a niña y restableceremos el círculo de la sabiduría femenina.

  • Primer día: nos viene la menstruación.
  • Segundo día: por la tarde juntamos flores y las ponemos en un fuentón con agua y lo dejamos al aire libre toda la noche hasta el otro día.
  • Tercer dia: por la mañana nos hacemos el baño con las flores poniendo una intención y entregadas a conectarnos con lo más íntimo de nuestro ser; al atardecer nos ponemos a cantar, de esa manera conectamos la energía de la tierra, al activar nuestra garganta, y al elevar nuestro canto al cosmos.
Cerrando de esta manera no perdemos energia durante el resto del ciclo y nos mantenemos en equilibrio.

Texto: Taroteca Uruguay
Imagen: Taller La Diosa

domingo, 16 de febrero de 2014

5 daños por aguantarse las ganas de orinar


¿Cuánto ha sido el tiempo que te has aguantado las ganas de orinar? Retardar tu visita al baño puede ocasionar daños en tu salud, ya que puede generar desde infecciones hasta cálculos en los riñones.



De acuerdo con información publicada en The Huffington Post, una vejiga promedio tiene la capacidad para albergar alrededor de ocho vasos de agua, por lo que después de esa cantidad es necesario liberar espacio a través de la orina.

El Australian Government Department of Health detalla que las personas elimine entre 200 y 500 mililitros de orina cada vez que se visita el baño, lo cual puede ocurrir entre cuatro y seis veces al día.

¡No te aguantes!

Sin embargo, cuando una persona se aguanta las ganas de orinar, la vejiga se puede estirar o acumular bacterias que dañan al organismo y podrían poner en peligro tu vida. ¡Conoce las consecuencias!


  • Cistitis intersticial. El National Kidney and Urologic Diseases Information Clearinghouse (NKUDIC) señala que este padecimiento se caracteriza por la necesidad de orinar con frecuencia y urgencia, acompañado de dolor. Se presenta por diferentes causas, pero una de ellas es la infección bacteriana causada por aguantarse las ganas de orinar.

  • Infección urinaria. Cuando te esperas mucho tiempo para orinar se acumulan diferentes bacterias, las cuales entran en las vías urinarias y dañan tu cuerpo. Incluso, la infección puede impactar a los riñones, según el NKUDIC.

  • Cálculos renales. También conocidos como piedras en los riñones, son cristales sólidos que se forman en el riñón por sustancias que se encuentran en la orina. Se forman debido a una infección urinaria ocasionada por la falta de ir al baño.

  • Pielonefritis. Es una infección del tracto urinario que inicia en la uretra o en la vejiga, pero si no se trata a tiempo puede causar daños importantes al riñón. Una de las causas es la obstrucción del tracto urinario o por aguantarse las ganas de ir al baño.

  • Reflujo vesico-uretral. Este padecimiento se genera cuando la orina regresa a la uretra y riñones, lo que detona infecciones en el tracto urinario. Se detona por bacterias acumuladas por aguantarse las ganas de ir al baño.


Recuerda que mantener una buena limpieza íntima te protege de cualquier infección urinaria. Complementa tu cuidado con una hidratación adecuada y respeta tus necesidades biológicas como el ir al baño. Y tú, ¿te has aguantado mucho para orinar?

Artículo original: http://bienestar.salud180.com/

“El sueño de los amantes”, la danza de las parejas mientras duermen

¿Qué tal pasaron su fin de semana de San Valentín? 

El fotógrafo holandés Paul Schneggenburger creó el proyecto “The Sleep of the Beloved” (el sueño de los amantes) que responde a la pregunta: ¿qué pasa con los amantes cuando duermen? Schneggenburger retrata a parejas voluntarias e incluso a familias que duermen en una cama con sábanas negras bajo una gran cámara de larga exposición.




El fotógrafo, a partir de estas fotografías abiertas, quería ver la “danza nocturna de amantes” y asomarse a las interacciones inconscientes que suceden en las relaciones. El empiernamiento, el cuchareo, el abrazo y las manos tocándose son algunas partes de la coreografía del sueño de dos personas que se quieren. La larga exposición hace que todo esté sugerido, en lugar de mostrado, y hace también que el movimiento parezca una niebla de actividad afectiva.

“En ningún momento de la exposición yo estoy en el cuarto”, explica Paul, “sólo enciendo algunas velas y preparo el escenario. La pérdida de control y la desnudez es amenazante, y sentirte egoísta en tu sueño es amenazante”.

Mira la galería completa en Pijama Surf

sábado, 15 de febrero de 2014

100 Hechos Menstruales (88): La Menstruación, la irritabilidad femenina y la envidia del pene



La menstruación ha sido utilizada tanto por distintas religiones como por la ciencia e incluso por disciplinas que no alcanzan a ser consideradas ciencias desde la perspectiva de la filosofía de las ciencias(1), como un rasgo de inferioridad biológica, intelectual y psicoemocional, aunque como hemos dicho en varias ocasiones, incluyendo en algunos de los "Hechos Menstruales" divulgados hasta el momento, la menstruación es un proceso completamente natural y normal de la fisiología reproductiva femenina.

Un ejemplo de cómo la menstruación ha sido descrita y "estudiada" desde una perspectiva sexista y misógina es el psicoanálisis freudiano. Freud sugirió que la menstruación sería "una señal sangrienta de la ausencia (pérdida) del pene en las mujeres," un recordatorio de "la impureza e inferioridad" femenina y un momento en el que saldrían a relucir los sentimientos reprimidos de las mujeres, tales como la frustración y el enojo provocados sobre todo por esa "envidia del pene" (2,3)

¿Por qué no se considera a la psicología una verdadera ciencia? Porque no cumple con los requisitos básicos para que un campo de estudio pueda ser considerado científicamente riguroso: una terminología definida, resultados cuantificables, condiciones experimentales altamente controladas, la posibilidad de reproducir sus experimentos con los mismos resultados, la posibilidad de realizar predicciones fiables y la capacidad de probar sus resultados.

El estudio de la menstruación es un buen ejemplo para demostrar que la psicología no es una ciencia. ¿Cómo podrían estudiarse las emociones asociadas con la menstruación desde la psicología cuando el significado y la manifestación misma de emociones como "el enojo" y la "irritabilidad" varían de persona a persona y especialmente de una cultura a otra?

Distintos motivos y situaciones pueden provocar el enojo en una mujer norteamericana, una mujer mexicana y una mujer china. L*s psicólog*s no cuentan con una regla para medir el enojo, ni tampoco con un microscopio para observarlo y entonces caen en la necesidad de inventar escalas arbitrarias. Así, una mujer puede decir sentirse o parecer manifiestar un grado de irritabilidad o enojo de 3.5 o 5 grados en una escala del 1 al 10, pero no existen predicciones posibles en cuanto a la respuesta o irritabilidad de una mujer fuera o dentro de los días de su menstruación y los términos en los que se le pretende definir son demasiado vagos e imposibles de medir.

En conclusión, la posibilidad de ofrecer predicciones cuantificables es una parte vital del proceso científico y es algo a lo que no puede aspirar la psicología cuando pretende estudiar las emociones de las mujeres asociadas con la menstruación.

Para ser just@s, no toda la psicología, ni tod*s l*s psicoanalistas, son tan ambiguos en su quehacer y resultados, ni tan ambiciosos en sus pretenciones y el campo de la psicología ha develado rasgos interesantes en el comportamiento y sentimientos humanos, pero el decir que se trata de una ciencia y que los estudios científicos han demostrado que las mujeres envidiamos el pene, que estamos frustradas por no poseer uno, o que en los días previos a nuestra menstruación y cada mes durante los días en que la experimentamos somos más irritables y nos enojamos más... es caer en pronunciar y aseverar ideas falsas acerca de las mujeres y la menstruación.

Tanto por las mujeres como por el bien de la ciencia consideramos que es importante que no se califique cualquier idea como un "hecho" o verdad científica, puesto que entonces cualquier idea y cualquier campo podría calificarse de científic@ sin realmente serlo. Y el día en que cualquier idea pueda ser considerada científica, la ciencia ya no podrá ofrecernos verdades seculares.

Otros psicoanalistas como Karen Horney y Clara Thompson veían a la sociedad como la base de "las actitudes destructivas en las mujeres". Horney sugirió que lo que aprende una hija de su madre "avergonzada" acerca de su propia menstruación sería la causa de una actitud negativa en la hija hacia su propio ciclo menstrual, que las madres que han aprendido a temer y resentir su propio cuerpo muy probablemente heredarán estos sentimientos negativos hacia la menstruación a sus hijas. Al menos Horney y Thompson intentaron enfatizar que es la sociedad quien es mayormente responsable de este resentimiento internalizado hacia la menstruación. Horney intentó estudiar la menstruación dentro de su contexto social, donde las funciones del cuerpo femenino son devaluadas para así mantener la creencia de que el sexo masculino es el poderoso y las mujeres el grupo biológicamente inferior. (4)

Volveremos a tocar este tema referente al humor y las emociones femeninas en las fases perimenstruales...

Referencias:
1. Chalmers, A.F.. 2000. ¿Qué es esa cosa llamada ciencia? Madrid: Siglo Veintiuno Editores.
2. Freud, S. 1908. "Teorías sexuales infantiles" en http://www.biblioteca.org.ar/libros/211796.pdf
3. Freud, S. 1914. "Introducción del narcisimo" Obras Completas. Tomo XI. Buenos Aires: Amorrortu, 1993.
4. Delaney, J. et al. 1988. The Curse: A Cultural History of Menstruation. Champaign, IL: University of Illinois Press.
5. El álbum de nuestros "100 Hechos Menstruales" en https://www.facebook.com/media/set/?set=a.499419010144070.1073741833.226735054079135&type=3

Cada Niño. Cada Niña.


Seamos conscientes de los estereotipos de género que transmitimos a nuestrxs hij@s.



Sabemos que los estereotipos de género son creencias generalizadas sobre los atributos que caracterizan a hombres y mujeres, y que se adquieren a través de procesos de aprendizaje en los que intervienen factores culturales como los medios de comunicación, la familia, escuela…

De este modo, el proceso de socialización de género es complejo, se produce a través de diferentes refuerzos y modelos. El refuerzo diferencial de género ocurre cuando los hombres y las mujeres son valorados, premiados o castigados por distintos comportamientos, intereses o expresión de emociones.

No obstante, aunque estos agentes de diferenciación de género contribuyen muchas veces al mantenimiento de los estereotipos, también pueden ser agentes de cambio de las desigualdades, por lo que no hay que minusvalorar su importancia en este sentido, y se ha de reivindicar y procurar que no perpetúen los estereotipos.

No obstante, es característica de los estereotipos su fuerte resistencia al cambio y su efecto de autocumplimiento o “predicción”, que afectan no sólo al grupo que generalmente estereotipa (el hombre, a través de la sociedad patriarcal) sino al grupo estereotipado (la mujer).

Con ello, no es sólo el hombre sino la propia mujer la que ajusta su comportamiento a este estereotipo, que ya no refleja ni las características, ni creencias de la mujer, contribuyendo de este modo a mantener las desigualdades.

Williams y Best, los autores que enunciaron las etapas en la adquisición de las categorías sexuales, elaboraron en 1990 una teoría de cómo los estereotipos de género contribuyen a mantener las diferencias hombre-mujer, para lo cual comienzan difrenciando tres conceptos relacionados:

Roles sexuales: actividades importantes en las que hay diferencias en tasas de hombres y mujeres.
Estereotipos de rol de género: creencias sobre qué actividades son más apropiadas para hombres y cuáles para mujeres.

Estereotipos de rasgos de género: características psicológicas atribuidas diferencialmente a uno u otro sexo.

Para estos autores, la diferenciación psicológica es la que más contribuye al mantenimiento de las diferencias en roles. De modo que, dado que la psicología de las mujeres y la de los hombres es distinta, se justifica que determinadas tareas correspondan a los hombres y otras a las mujeres, del mismo modo que unas profesiones son más adecuadas para hombres y otras para mujeres.
Pero la Psicología también ha demostrado que cuando aparecen diferencias entre los sexos pueden explicarse desde factores contextuales, sin vinculación al hecho de ser varón o mujer.

En definitiva, los estereotipos son simplificaciones, esquematizan la realidad a través de la generalización de las características de los grupos, permitiéndonos adaptarnos más fácilmente a una realidad compleja, y también afectan a las expectativas, comportamientos y creencias de los individuos.

Por ello es importante que nuestros hijos entiendan que muchas creencias acerca de lo que “es de chicos” y “lo que es chicas” no tienen fundamento, aunque en realidad somos nosotros los que debemos desprendernos primero de los estereotipos de género con los que hemos crecido.

(Fuente: http://www.bebesymas.com/desarrollo/los-estereotipos-de-genero-que-transmitimos-a-nuestros-hijos)

Agradecemos a Plataforma Anti Patriarcado por compartir esta imagen.

viernes, 14 de febrero de 2014

Cómo el feminismo hiere a los hombres

Ayer alguien me dijo en Facebook que el feminismo eleva a las mujeres a expensas de los hombres, que su agenda para validar a las mujeres nos discrimina a los hombres.

Imagen de Redemption Pictures (Blog de Micah J. Murray)

Él tenía razón.

Para los hombres, el ascenso del feminismo ha nos ha relegado como ciudadanos de segunda clase.
La inequidad y la discriminación se han convertido en parte de nuestras vidas cotidianas.
Por el feminismo, los hombres ya no podemos caminar por las calles sin miedo a ser espiados, insultados, acosados o sexualmente abusados por las mujeres.

Por el feminismo, ya no hay grandes conferencias cristianas que nos digan cómo actuar como hombres, donde miles de hombres puedan celebrar su masculinidad y a Jesús (y tal vez burlarse de los estereotipos femeninos)

Por el feminismo, los púlpitos de las iglesias y todos los reflectores están dominados por las mujeres. A los hombres se nos obliga a solamente servir en la cocina o cuidando a los niños. A veces, se les dice a los hombres que tienen que quedarse callados en la iglesia.

Por el feminismo, las mujeres ganan mas dinero que los hombres en los mismos empleos.
Por el feminismo, ya es muy es difícil encontrar una película con un héroe masculino. Todos los éxitos taquilleros presentan a bravas mujeres que salvan el mundo y se quedan con el chico lindo como premio por sus hazañas.
Por el feminismo, los deportes profesionales practicados por mujeres son empresas masivamente más lucrativas que idolizan mundialmente a las mujeres. Los hombres ahora aparecemos brevemente, antes de los comerciales, donde son cosificados por sus cuerpos.

Por el feminismo, todo método de control natal es cubierto para las mujeres sin cuestionamiento alguno, mientras que los hombres deben de pelearse con sus aseguradoras o pagarles para conseguir recetas de viagra y otros medicamentos de salud sexual. Cuando los hombres hablamos de esto, los líderes de los partidos de derecha "amigables con las familias" nos tacha de zorros y putos.

Por el feminismo, el cuerpo masculino está constantemente puesto bajo el escrutinio público. Si un hombre aparece sin camisa en la tele, se convierte en escándalo nacional que resulta en multas y boicots. Los bloggers escriben regularmente sobre cómo debemos ser más cuidadosos y no vestirnos de forma en que provoquemos a las mujeres a que pequen. Quienes satirizan insisten en que los shorts "no son pantalones" y que los hombres deberían cubrirse porque "nadie quiere ver eso realmente".

Por el feminismo, los hombres no son un sector representado en la Casa Blanca, pues las mujeres ocupan el 80% de los escaños en el Congreso. Y cuando un hombre dirige una oficina política, su apariencia física y su ropa son más criticados que sus ideas y propuestas políticas.

Por el feminismo, los hombres deben luchar por una voz en la esfera pública. En asuntos de teología, política, ciencia y filosofía, la perspectiva femenina es considerada la normal, estandarizada e incuestionable. Las perspectivas masculinas son ignoradas, ya sea por ser muy subjetivas o muy emocionales.

Cuando hablamos, frecuentemente se nos etiqueta como enojados, rebeldes, subversivos o peligrosos.

Pero mantengámonos fuertes, hermanos.

Un día seremos iguales.

Autor: Micah J. Murray
Traducción de Helecho Verde

Aprovechamos este post para compartir un enlace sobre un video francés que esta semana se convirtió en viral: Opressed Majority, que expresa visualmente parte de la idea de el artículo escrito por Murray.


miércoles, 12 de febrero de 2014

Y Dios me hizo Mujer (Gioconda Belli)

Fotografía de Isa Sanz

Y Dios me hizo Mujer (Gioconda Belli*)

Y Dios me hizo mujer,
de pelo largo,
ojos,
nariz y boca de mujer.
Con curvas
y pliegues
y suaves hondonadas
y me cavó por dentro,
me hizo un taller de seres humanos.
Tejió delicadamente mis nervios
y balanceó con cuidado
el número de mis hormonas.
Compuso mi sangre
y me inyectó con ella
para que irrigara
todo mi cuerpo;
nacieron así las ideas,
los sueños,
el instinto.
Todo lo que creó suavemente
a martillazos de soplidos
y taladrazos de amor,
las mil y una cosas que me hacen mujer todos los días
por las que me levanto orgullosa
todas las mañanas
y bendigo mi sexo.


*Gioconda Belli (Managua, Nicaragua, 9 de diciembre de 1948) es una poetisa y novelista nicaragüense que goza de amplio reconocimiento internacional. Desde 1990, Gioconda alterna su tiempo entre los Estados Unidos y Nicaragua.

¡Creatividad y felicidad van de la mano!



Lxs seres humanxs somos creativos por naturaleza. Pero a veces nos encontramos deseando ser más creativxs. ¿Cómo influye la creatividad para ser felices? ¿O es que se necesita ser feliz para ser creativx? Aquí te compartimos un artículo escrito por Mihaly Czsikszentmihaly, maestro de la Psicología Positiva y creador del concepto flow, que nos ayudará a reflexionar sobre cómo la creatividad y la felicidad, de hecho, van de la mano.

Autor: Mihaly Csikszentmihalyi

Tomado de: Revista “The Futurist” y Wasabi



Felicidad y Creatividad

Las personas creativas difieren las unas de las otras en muchos aspectos, pero en uno son unánimes: todas aman lo que hacen. No es la esperanza de lograr fama o riqueza lo que las conduce; en vez de eso, es la oportunidad de hacer el trabajo que ellas disfrutan haciendo lo que las guía. Debemos asumir que no es lo que ellos hacen lo que cuenta, sino que cómo lo hacen.


Programados para la creatividad
Cuando se le da una lista a la gente preguntándole acerca de la mejor descripción de lo que disfrutan hacer más, la respuesta más frecuentemente elegida es el “diseñar o descubrir algo nuevo”. Pero la evidencia sugiere que por lo menos hay un grupo de gente que disfrutaría descubriendo y creando sobre todo lo demás.

Debido a mutaciones aleatorias, algunos individuos han desarrollado un sistema nervioso en el cual el descubrimiento de novedades estimula los centros de placer en el cerebro. Probablemente somos los descendientes de ancestros que reconocieron la importancia de la novedad, protegieron a aquellos individuos que disfrutaban siendo creativos y aprendieron de ellos. Debido a que tenían con ellos a individuos que disfrutaban explorando e inventando, estaban mejor preparados para enfrentar las condiciones impredecibles que afectaban su supervivencia. Nosotros también compartimos la habilidad para disfrutar casi todo lo que hacemos y podemos crear y descubrir algo nuevo al hacerlo. Esta es la razón por la cual la creatividad es tan placentera, no importa donde tenga lugar.

Pero hay otra fuerza que nos motiva, y es más primitiva y más poderosa que la tendencia a crear: la fuerza de la entropía. Esta también es un mecanismo de supervivencia construido en nuestros genes por la evolución. Nos da placer cuando estamos cómodos, cuando estamos relajados, cuando podemos sentirnos bien sin gastar energía. Sin este regulador interno podríamos agotarnos fácilmente y no tener las suficientes reservas de fuerza, grasa corporal, o energía nerviosa para enfrentarnos a lo inesperado.

Todos nosotros somos atraídos entre estos dos sets opuestos de instrucciones programadas en el cerebro. En la mayoría de los individuos la entropía parece ser más fuerte, y disfrutan la comodidad más que el desafío del descubrimiento. Unos pocos son más reactivos a las recompensas del descubrimiento. A menos que haya la suficiente gente motivada por el placer que proviene del enfrentamiento de los desafíos, no hay evolución de la cultura, ni progreso en los pensamientos o sentimientos. Así que es importante entender mejor en qué consiste el placer y cómo la creatividad lo puede producir.


¿Qué es el placer?

Ciertas personas dedican muchas horas a la semana a su trabajo sin ninguna recompensa de dinero o fama. ¿Por qué continúan haciéndolo? Está claro al hablar con ellos que lo que los mantiene motivados es la calidad de la experiencia que sienten en ese momento. Este sentimiento a menudo incluye esfuerzos dolorosos, arriesgados, que presionan la capacidad de la persona, y también incluye un elemento de novedad y descubrimiento.

Yo llamo a esta experiencia “flujo”, porque mucha gente –artistas, atletas, científicos, gente común y corriente- han descrito el sentimiento en palabras similares. El flujo es un estado de conciencia que consume poco esfuerzo aunque está altamente focalizado. Y las descripciones no varían mucho según cultura, género o edad.

En las entrevistas, la gente menciona repetidamente ciertos elementos clave en sus impresiones de esta experiencia placentera:

Hay metas claras en cada paso del camino: en el estado de flujo siempre sabemos lo que debemos hacer.

Hay un feedback inmediato a las propias acciones: en un estado de flujo, sabemos lo bien que lo estamos haciendo. Mantener el flujo en el contexto de una sociedad indiferente puede ser difícil. Evidentemente, aquellos individuos que continúan haciendo un trabajo creativo son aquellos que pueden darse feedback a ellos mismos, sin tener que esperar recibirlo de los expertos.
Hay un balance entre los desafíos y las habilidades: en el estado de flujo, sentimos que nuestras habilidades están bien ajustadas para las oportunidades de acción. En el día a día a veces sentimos que los desafíos son demasiado altos para nuestras habilidades o que nuestro potencial es mayor que las oportunidades para expresarlo.

La acción y la conciencia están unidas: en la experiencia de cada día, nuestras mentes a menudo están separadas de lo que hacemos. En estado de flujo, nuestra concentración está enfocada en lo que hacemos. Una mente unificada es requerida para el ajuste cercano entre los desafíos y las destrezas, y se hace posible por la claridad de las metas y la constante disponibilidad de feedback.
Las distracciones son excluidas de la conciencia: somos concientes sólo de lo que es relevante aquí y ahora. El flujo es el resultado de la concentración intensa en el presente, la cual nos alivia de los temores usuales que causan depresión y ansiedad en la vida diaria. Las distracciones interrumpen el flujo, y puede tomar horas recuperar la paz mental necesaria para continuar con el trabajo. Mientras más ambiciosa sea la tarea, más tiempo toma que uno se sumerja en ella, y más fácil es distraerse. 

No hay miedo al fracaso: en el estado de flujo, estamos demasiado envueltos como para estar preocupados por el fracaso. Sabemos lo que debe ser hecho, y nuestras destrezas están potencialmente adecuadas a nuestros desafíos. Si el desafío se vuelve muy grande, un sentimiento de frustración surge en vez de placer. 

La auto conciencia disminuye: en estado de flujo, estamos demasiado envueltos en lo que hacemos como para preocuparnos acerca de proteger el ego. Paradójicamente, el Yo se expande a través de actos de auto olvido. 

Se distorsiona el sentido del tiempo: generalmente, en el estado de flujo nos olvidamos del tiempo, y las horas pueden pasar en lo que parecen ser unos pocos minutos. O pasa lo contrario: a una figura del skate puede parecerle que una vuelta que sólo dura un segundo en tiempo real parece alargarse por mucho más. Nuestro sentido de cuánto tiempo pasa depende de qué estamos haciendo. 

La actividad se vuelve un fin en sí misma: mucho de lo que hacemos no es solamente por placer, sino que para lograr una meta. En muchos sentidos, el secreto para la felicidad es aprender a obtener el flujo de casi todo lo que hacemos, incluyendo el trabajo y las labores familiares. Si casi todo lo que hacemos vale la pena hacerlo por sí mismo, entonces no hay nada desperdiciado en la vida.

Flujo, felicidad, y el futuro.
¿Cuál es la relación entre flujo y felicidad?, es tentador concluir que los dos son la misma cosa; sin embargo, la conexión es más compleja. Cuando estamos en flujo, no siempre nos sentimos felices, porque sentimos sólo lo que es relevante para la actividad. La felicidad es una distracción. Es sólo cuando salimos del flujo, al salir de una sesión o en momentos de distracción, que podemos sentirnos felices.

A mayor flujo que experimentemos en la vida diaria, más probable es que nos sintamos felices en general.

Desafortunadamente, mucha gente encuentra que los únicos desafíos a los que puede responder son la violencia, el juego, sexo desordenado, o drogas. Tales experiencias pueden ser placenteras, pero estos episodios de flujo no agregan un sentimiento de satisfacción y felicidad con el pasar del tiempo. El placer no conduce a la creatividad, sino que pronto deriva en adicción.

El vínculo entre el flujo y la felicidad depende de si la actividad productora de flujo es compleja, si conduce a nuevos desafíos y de esta manera al crecimiento personal y cultural.

El problema es que es más fácil encontrar placer en cosas que son más fáciles, en actividades como el sexo y la violencia que están ya programadas en nuestros genes. Es mucho más difícil aprender a disfrutar el hacer cosas que hemos descubierto recientemente en nuestra evolución –tales como manipular sistemas simbólicos a través de las matemáticas o componer música- y aprender acerca del mundo y nosotros mismos.

Las escuelas generalmente fallan en enseñar lo bella que puede ser la ciencia y las matemáticas; ellas enseñan la rutina de la literatura e historia en vez de la aventura.

Es en este sentido que los individuos creativos viven vidas ejemplares. Ellos muestran lo interesante y placentera que puede ser una actividad simbólica compleja.

Desarrollando tu creatividad –y felicidad

Aquí se nombran unas cuantas sugerencias para incrementar tu creatividad y felicidad personal:

  • Trata de sorprenderte por algo cada día. 
  • Trata de sorprender al menos a una persona cada día. 
  • Escribe cada día qué te sorprendió y cómo sorprendiste a los otros. 
  • Cuando algo te parezca interesante, síguelo. 
  • Reconoce que si haces cualquier cosa bien ésta se vuelve placentera. 
  • Para mantener el placer por algo incrementa su complejidad. 
  • Deja tiempo para la reflexión y relajación. 
  • Descubre qué te gusta y qué odias de la vida. 
  • Comienza a hacer más de lo que te gusta y menos de lo que odias. 
  • Descubre una forma de expresar lo que te mueve. 
  • Mira los problemas desde todos los puntos de vista posibles. 
  • Ten tantas ideas como sea posible. 
  • Trata de producir ideas originales.